Cultura de la India

La religión está íntimamente unida a todas las facetas de la vida de la India. A pesar de una democracia secular, es uno de los pocos países de la tierra donde las estructuras sociales y religiosas que definen la identidad nacional permanecen intactas. Y así ha sido durante cuatro mil años por lo menos, a pesar de invasiones, persecuciones, colonialismo europeo y agitación política. Con la tecnología moderna infiltrándose cada vez más en el tejido de la sociedad, los cambios son inevitables, pero la India rural sigue siendo casi la misma desde hace miles de años. Las instituciones sociales y religiosas son tan fuertes que han absorbido, ignorado o rechazado todos los intentos de destrucción o cambio radical.

Un 80 por ciento de la población, aproximadamente, practica el hinduismo. En términos de número de adeptos, es la religión más extendida de Asia y una de las más antiguas del mundo. Se basa en un vasto panteón de dioses y varios libros sagrados, y afirma que cada persona vive una serie de nacimientos o reencarnaciones que en último término abocan a la salvación espiritual. Con cada nacimiento, la persona se acerca o se aleja de la iluminación; el factor decisivo es el karma de cada uno. El hinduismo tiene tres prácticas básicas: el puja (o culto), la incineración de los muertos, y las normas y reglas del sistema de castas. Es una religión que no se plantea el proselitismo, ya que no es posible convertirse a ella: se nace hindú o no se nace.

Por otra parte, el budismo fue fundado en el norte de la India alrededor del año 500 a.C., y se extendió rápidamente cuando el emperador Asoka lo adoptó, pero fue gradualmente reabsorbido por el hinduismo. Actualmente, los hindúes consideran a Buda como otra reencarnación del dios hindú Visnú. En la actualidad sólo existen 6,6 millones de budistas en la India, aunque algunos enclaves budistas del norte del país, como Bodhgaya, Sarnath (cerca de Benarés) y Kushinagar (cerca de Gorajpur) siguen siendo importantes centros de peregrinación.

La religión jainista también surgió como un intento de reformar el hinduismo brahmánico, en el mismo momento que el budismo y en gran parte por las mismas razones. Los jainistas son actualmente unos 4,5 millones y se encuentran sobre todo en las zonas del oeste y suroeste del país. Esta religión no ha encontrado nunca adeptos foráneos. Creen que el universo es infinito y no fue creado por ninguna deidad. También creen en la reencarnación y en la posible salvación espiritual siguiendo el camino de los profetas.

Hay más de 100 millones de musulmanes en la India, lo que la convierte en una de las naciones musulmanas más grandes del mundo. El islam es la religión predominante en los países vecinos de Pakistán y Bangladesh, y existe una mayoría mahometana en Jammu y Cachemira. La influencia musulmana se refleja sobre todo en la arquitectura, el arte y la gastronomía.
os sijs de la India suman 18 millones y viven principalmente en el Punjab. Esta religión se proponía en un principio unir lo mejor del hinduismo y del islam, y sus principios básicos son similares a los del hinduismo, aunque con la importante diferencia de que se oponen al sistema de castas. El santuario más importante de esta religión es el templo de Oro de Amritsar.

La India es el lugar más parecido a Babel que existe en la tierra. No existe ningún idioma común indio, razón por la cual, el inglés sigue, en parte, hablándose en todo el país casi medio siglo después de que los británicos lo abandonaran. La constitución reconoce oficialmente 18 lenguas, pero en el censo de 1991 se registraron más de 1.600 idiomas menores y dialectos. El tema lingüístico está muy politizado, debido en gran parte al hecho de que el trazado de muchas fronteras estatales siguió en muchos casos el de las fronteras lingüísticas. A pesar de importantes iniciativas para establecer el hindi como idioma oficial de la nación, en detrimento progresivo del inglés, estos intentos se han visto obstaculizados por la predominancia de los idiomas dravídicos en el sur del país, muy alejados del hindi hablado en el norte. Las clases altas de la sociedad india siguen hablando inglés como idioma compartido por la élite educada, enarbolándolo como un emblema de su posición social y como un pasaporte hacia el mundo de los negocios internacionales. Aunque, a decir verdad, sólo un 3 por ciento aproximadamente de los ciudadanos indios dominan realmente este idioma.

El arte indio es básicamente religioso en su temática y desarrollo, y para apreciarlo es preciso poseer un mínimo de conocimientos básicos sobre las creencias extendidas en el país. Sus expresiones más destacadas incluyen la danza india clásica, la arquitectura y la escultura de los templos hindúes (disciplinas a veces difíciles de diferenciar en dichos templos), la arquitectura militar y urbana del imperio mongol, las pinturas en miniatura, y la fascinante música india. Esta última puede resultar difícil de comprender para los extranjeros, ya que ignora el concepto de la armonía expresado en términos occidentales, pero vale la pena no desanimarse por esta diferencia.

A los indios les encanta el cine. La industria cinematográfica de la India, centrada en Bombay, es una de las más importantes y llenas de fascinación del mundo entero, si bien una enorme cantidad de las películas que se producen allí son melodramas basados en tres ingredientes vitales: romance, violencia y música. El viajero sabrá a qué atenerse con la simple observación de los carteles fantásticamente pintados a mano que dominan muchas calles. Para hacerse una idea aproximada del contenido de las películas indias, basta con imaginarse una mezcla entre Rambo, Sonrisas y lágrimas, y una epopeya bíblica de Cecil B. De Mille. Se trata de puro escapismo popular, muy duro para el oído, pero que el visitante no debería perderse bajo ningún concepto.

No todos los hindúes son oficialmente vegetarianos, como se cree a menudo. Esta práctica predomina sobre todo en las regiones meridionales (no influenciadas por los arios y musulmanes consumidores de carne) y en la comunidad gujarati. Hay considerables variaciones regionales de norte a sur, en parte a causa de las condiciones climáticas, y también debido a las influencias históricas. En el norte se consume mucha más carne y la cocina es a menudo de estilo mongol, más parecida a la cocina de Oriente Próximo y Asia Central. Esta gastronomía se inclina más hacia las especias y no tanto hacia el chile; los cereales y el pan son más populares que el arroz. En el sur se consume más arroz, más comida vegetariana y el curry suele ser más picante. Otra característica de la alimentación vegetariana meridional es que no emplea cubiertos: se come con los dedos, aunque nunca con los de la mano izquierda.

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